Así nos criaron a muchas de nosotras, y ojalá, nosotras se lo transmitamos a nuestros hijos, porque dar las gracias es mucho más que un gesto de buena educación, es desarrollar una potente actitud para valorar la vida.
Al dar las gracias, por lo que tenemos y por lo que no, por lo que recibimos, por lo que nos ha pasado y por las personas que nos rodean, movemos una energía positiva en nosotros, y en los demás.
Thais Guerrero
La navidad es una hermosa oportunidad para conectar con el agradecimiento.
Aprovechando el espíritu de estas fechas te invito a hacer un práctica consciente de dar las gracias con los tuyos, créeme, encontrarás muchísimas cosas por las que estar agradecida y además te permitirá ver con distintos ojos algunas de las vivencias de este año que termina.
Beneficios de Dar las Gracias
Cuando menciono que el agradecimiento es una potente actitud que nos lleva a valorar la vida, me refiero a un sinnúmeros de beneficios que nos acercan al bien-estar en nosotras mismas y en el mundo que habitamos.
Te comparto cinco de esos beneficios con la intención de animarte a dedicar, cada día, unos minutos a dar las gracias:
– Permite reconocer y aceptar el impacto de lo bueno y lo malo: gracias a cada experiencia, a las condiciones en las que ocurrieron, a quienes formaron parte, a lo que ganaste o perdiste, a lo tomaste o dejaste, a lo que decidiste o dejaste de decidir, ERES la persona que eres hoy, y el reconocerlo, estimarlo, agradecerlo, te permite decidir quien quieres seguir siendo.
– Ayuda a sanar heridas del pasado: es muy difícil avanzar cuando cargamos con un pasado lleno de resentimientos o insatisfacciones. Preguntarte el para qué de los que te pasó y reconocer los aprendizajes que has sumado puede permitirte dar algunos pasos hacia el camino de cerrar heridas que aún duelen. Al hacerlo, con compasión, paciencia y constancia, llegará el perdón y la gratitud.
– Conecta con el aquí y con el ahora: Cuando das gracias por lo que tienes entras en una apreciación con el aquí y el ahora, sueltas las expectativas que tienes sobre cómo deberían ser las cosas o las personas y pasas a estimarlas por lo que son, soltando así la necesidad de cambiarlas.
– Calma la ansiedad: Es una consecuencia del punto anterior, cuando agradeces desde el corazón y empiezas conectarte con el momento en el que vives, los pensamientos se enfocan y las emociones se contienen, permitiéndote sentir una sensación de sosiego y contención.
– Aprecias lo afortunada que realmente eres: Al agradecer prestas atención a lo que es realmente importante en tu vida y disminuyes la ansiedad o sufrimiento por lo que no tienes. Es un buen estado para notar que es lo que realmente necesitas y que te sobra.
Y ahora manos a la obra, es hora de agradecer.
Escoge un momento que sea conveniente para ti y tu familia, puede ser la hora de comer o antes de irse a la cama. En casa practicamos decir por lo menos una cosa por la que estamos agradecidos ese día.
Otra practica muy hermosa es tener tu diario de agradecimiento en el que escribas eso por lo que estas agradecida. Para incorporar a los niños y a tu pareja, pueden hacer un bote de agradecimientos, coloca un envase en un lugar accesible para todos, junto a un lápiz y papeles de colores tipo post it para que puedan escribir sus agradecimientos. ¡Un dibujo también es válido!
Si tus hijos aún son pequeños puedes preguntarles por cosas que le gustan y las que no, y luego les ayudas a articularlo. Te dejo estos ejemplos para que te inspires, tú eres quien mejor los conoce, así que con un poco de juego podrás darle la vuelta para hacer de esto una experiencia agradable:
– (Me gusta) el chocolate:
Gracias al sabor de chocolate que me hace sentir content@
– Mi maestra
Gracias a mi maestra que me cuida y enseña
– (No me gusta) caerme
Gracias a que me caigo aprendo a levantarme
– Dormir con la luz apagada
Gracias a mi lamparita aprendo a reconocer las sombras y hacer nuevas con las manos.
A veces agradecer sobre lo que no nos gusta es menos sencillo. Así le pasó a una mamá que conozco, que en un fuerte enfado de ella, su hija le reclamó que así ella no podía aprender nada, la mamá lo pensó y le respondió que, aunque sentía haberle gritado, por lo menos ella (la hija) podía aprender que las personas tienen un límite, y que también tienen días buenos y días malos. … ¡Gracias a esa mamá por esta reflexión!
Y gracias a ti MUM por acompañarnos y darle sentido al esfuerzo y al cariño que ponemos en esta comunidad.
¡Felices fiestas y nos vemos en el 2021!
Thais Guerrero, Coach
Coach CPCC de Madres Migrantes.
Logoterapeuta en formación, mamá multicultural
•Talleres •Consultoría • Sesiones, presencial y online